El 5 de junio de 1981 los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos publicaron en su boletín semanal una pequeña entrada que describía un "extraño brote de neumonía asesina" que se estaba propagando entre homosexuales. En julio, el CDC amplió su información documentando que ese tipo de neumonía letal estaba también provocando un raro cáncer entre esos pacientes en California y Nueva York. Para fines de 1981, los registros indicaban que 121 pacientes habían muerto por esa enfermedad y también se documentaron los primeros casos en el Reino Unido y Suecia. Nunca se imaginaron los científicos que esa desconocida enfermedad se convertiría en una de las pandemias más letales que han azotado a la humanidad, causando en 30 años más de 60 millones de casos y 22 millones de muertes. El virólogo Rafael Nájera, profesor emérito del Instituto de Salud Carlos III de España, trabajaba entonces en el grupo de vigilancia epidemiológica de la Organización M...