Hasta ahora, muchas son las voces que se pronuncian por que la vacuna que nos toque será la mejor, por el hecho de no contar con una disponibilidad alta de vacunas en número y diversidad.
Hablando de diversidad en vacunas, según el Beijing Institute of Biological Products, la vacuna contra la COVID-19 SINOPHARM, reporta una efectividad del 79.34% en una muestra de población general, sin comorbilidades, durante los ensayos clínicos Fase III en los Emiratos Árabes Unidos.
Así mismo, la reconocida revista The Lancet ha publicado los resultados de las fases clínicas I y II de dicha vacuna, subrayando la capacidad neutralizante de la intramuscular, en diferentes grupos etarios.
Cabe señalar que la Vacuna SINOPHARM ya está aprobada para su uso en China, Emiratos Árabes Unidos, Bahrein, Serbia, Zimbabue, Arabia Saudita y Perú, siendo este último, el primer país en América en autorizarlo y adquirido un primer lote de Un millón de vacunas para inocular a su población, de acuerdo a un comunicado oficial del Ministerio de Salud del Perú.
Sin embargo, está en tela de juicio la proliferación de las vacunas de manufactura china, ya que a pesar de que el gigante asiático se ha pronunciado por querer vacunar a Cinco mil millones de personas alrededor del mundo y tiene a 45 países a la espera de sus dosis, la realidad es que a penas podrá producir poco más de la mitad de esas dosis dentro del 2021, con las dosis suficientes para inocular a alrededor de Dos mil seiscientos millones de personas.
Pro lo pronto, la efectividad de ésta vacuna parece estar validada por diferentes organismos que no dependen del gobierno Chino, lo cual abre la puerta para ser aprobada en las siguientes semanas en más países, incluyendo los latinoamericanos.
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